lunes, 6 de febrero de 2012

Elementos de la escucha activa


Libera tu mente
Para conseguir una verdadera comunicación, profunda y eficaz, el punto de partida ha de ser una buena escucha. Pero para escuchar, además de aplicar los sentidos, tenemos que liberar nuestra mente: de nuestras preocupaciones, prejuicios, asunciones, etc. Nuestra mente está tan llena de “cosas”, que nos resulta imposible escuchar y acoger lo que otros nos están diciendo. Sólo un profundo silencio interior nos permite estar completamente abiertos a las voces de otras personas.
Empatiza
Escuchar no consiste solamente en oír palabras, sino en estar abierto, aceptar y empatizar. Además de tratar de comprender lo que dice la gente, deberías prestar atención a lo que percibes, a tus propias emociones y al contexto de quien está hablando. Para escuchar has de ser humilde y detener ese rápido salto a querer dar lecciones a los demás, algo que hacemos muy a menudo. En lugar de eso, busca posibles conexiones en un nivel más profundo, de emociones y experiencias compartidas.
Pregunta y reformula
Pregunta para clarificar tus dudas, para hacerte más consciente de lo que ocurre, para dejar que la sabiduría se exprese por sí misma a través de quien está hablando. Pregunta para conocer el estado emocional de tu interlocutor. Pregunta para comprobar si estás comprendiendo correctamente lo que te están diciendo.
Repite sin juzgar y de manera positiva. Reformula sin añadir tu propia interpretación y sin esperar la respuesta que más te agradaría.

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